sábado, 3 de septiembre de 2011

"No más acciones, queremos palabras" N°1: AIRELAVALERIA

Melissa Morano


Chaleco a pesar de que pueda parecer a simple vista un trabajo muy heterogéneo, finalmente al escucharlo de corrido plantea una especie de travesía sonora y emotiva por distintos estados (lo que es apoyado claramente por el llamativo arte del libro que acompaña el CD), ¿Cómo lo sientes al pasar ya varios meses del lanzamiento, y quizás incluso más tiempo desde que el disco estuvo listo?

¿Cómo siento eso de la travesía sonora ya pasados los meses? Mmmm..siento que es una travesía multidimensional (suena súper engrupido, jaja). Me pasa que este disco tiene muchas capas, algunas incluso de las cuales yo he estado haciéndome conciente después de la composición, después de tocar harto, grabar….en cada etapa se van mirando más cosas…y lo que veo ahora después de haber lanzado el disco, y haberlo dejado de escuchar un buen rato (porque lo necesité por haberme dedicado tanto a eso, estoy hace poco volviendo a escucharlo), es que hay una unidad bien grande en esta travesía de emociones diversas, que es la sensación de esperanza dentro de lo difícil. Me voy a ir en una volá muy profunda para responderte esta pregunta, no sé si será muy bueno analizar tanto públicamente la música propia, porque la idea es que a cada uno le resuene como le resuena nomás, pero lo haré porque tengo ganas, jaja, y mientras escribo esto voy descubriendo:

“Chaleco” lo veo y lo hice como un disco de descubrimiento y valoración interior para enfrentar el mundo, algo así. Tiene varias cosas oscuras, es un disco hecho bastante a partir de dolores, pero es como una lucha por la esperanza y por el entendimiento constante, todo el rato. Eso se puede notar en las letras más claramente, en casi todas está esa lucha por ganarle a lo doloroso, salvo “Rendición” que es una entrega no más, esperanzada igual, pero sin lucha, “Estrellita” que está en una tecla un poco diferente, y Cansancio, que es una de las pocas canciones que no tiene esperanza, pero tampoco desesperanza, simplemente cansancio, jeje.

Ahora estoy componiendo nuevo material musical, y al compararlo veo que lo nuevo, por ahora, es menos esperanzado, menos luminoso. Tiene que ver con el estado personal en que estoy componiendo esto nuevo, que es un estado de duelo profundo. Mucho más reducido en lo temporal que “Chaleco”, que es la suma de 25 años de preguntas y respuestas, y por eso creo que “Chaleco” es un disco bastante atemporal, no habla mucho de momentos, es mucho tiempo y sentires condensado en un disco. ¿Se entiende? A veces me pongo medio conceptual pa’ hablar, estoy divagando en esto, jeje.

Rolando Millán


¿Cómo fue tu experiencia en Projazz? Se que ocupaste las aulas y estudios para empezar a formar lo que luego sería tu proyecto en solitario, ¿sientes que los distintos planes de estudios marcan finalmente las propuestas de un músico?


Todo lo que uno hace marca la creatividad, eso primero. Los espíritus de las canciones vienen de la vida misma de uno, y eso incluye todo lo que uno estudia, los contextos donde se mueve y lo que uno vivencia. Ahora, claro que estudiar música es muy enriquecedor para hacer música, te da muchísimas herramientas, te involucra con gente con búsquedas similares o complementarias, y te da una forma de poder comunicar y memorizar un lenguaje, que es la escritura musical. Si estudias música en un lugar de música shuper loca y contemporánea o si estudias en una academia de música latinoamericana claramente por algún lado te van a influenciar porque eres un ser sensible, pero no te marca la propuesta en su escencia si eres alguien que actúa primero con el corazón antes que el intelecto ( y me atrevo a decir que falta harto de esto en las escuelas de música, tanto en profes como en alumnos). El centro de una propuesta creativa está en la persona única de cada uno y como siente y canaliza la vida, y eso no tiene que ver con planes de estudio, los planes de estudio son parte del contexto. Un comunicador se comunica esencialmente mucho más allá de su contexto. Al menos eso opino personalmente.

Te cuento desde mi caso porque es lo que más conozco pa ejemplificar: A mi escuela de composición llegué teniendo clara la dirección que iba a tomar, tenía la proyección clara de lo que quería hacer, más allá del cómo sucediera o el resultado, o de todos los elementos con los que jugaría etc. Ya existía AirelavaleriA (sin nombre aún) como proyecto artístico muy personal y de mucha exploración. Tuve la suerte de tener un profe que insistía mucho en descubrir la propia propuesta, descubrir las identidades únicas. No daba técnicas, sí mostraba algunas herramientas para explorar. Si pones a todos mis compañeros de mi curso de composición verás que no existe prácticamente ninguna homogeneidad en estilística. No parecemos de “una escuela”, en ningún caso. Creo que en ese sentido, se combinó para bien que existiesen varios alumnos con seguridad propia en la dirección de su vocación y en la valoración de sus ideas con una escuela (de composición, porque la escuela de intérpretes de Projazz es totalmente diferente) que fortalece la diversidad.

Disponerte a estudiar música es dedicarle en tiempo y energía trabajo profundo al desarrollo de tu necesidad de comunicación musical y eso es pega, lo puedes hacer de otras maneras también, no necesariamente con estudios formales profesionales, y hay que saber que nunca uno termina de aprender, no se acaba.

Estudiando música occidental lo más básico es que aprendes un lenguaje escrito, es como saber escribir en castellano, lo que no significa que si no sabes escribir no puedes comunicarte ni tener lenguaje, y tampoco significa que si estudias mucho castellano tendrás una voz propia en literatura.

Lo otro importante estudiando música es que te invitan a escuchar, a ampliar tu espectro, siguiendo la comparación con “castellano” te dan nueva literatura, aunque eso siempre es muuuy poco, esa pega es de cada uno. Y después están las herramientas, que es como cuando te enseñan a hacer ensayos por ejemplo, que tengan inicio, desarrollo y final. O te enseñan de gramática, coherencia en la redacción, etc. Muchas de las cosas que me enseñaban en clases de composición y que me eran interesantes las traspasaba a la música, ideas generales que no solamente se usan en música como conceptos de “unidad-variedad”, la relación entre la letra y los sonidos, atmósferas, tensión y relajo, motivos. Al menos yo jugaba con esos conceptos importantes de acuerdo a las necesidades emocionales, nunca hacía nada como un simple ejercicio, si no no lo hacía nomás, lo que me fue útil para mantener la llama encendida de que el trabajo mental siempre va supeditado a las emociones, pero también me dejó atrás en cuanto a conocimiento formal con respecto a la generación. En mi caso, fui bastante rebelde con aprender “técnicas” todo se me olvidaba al segundo, y no me interesaba. Por ejemplo de armonía (acordes y la relación entre ellos) sé realmente poco, como un alumno que recién empieza segundo año, pasé las pruebas de puro que me aprendía formulas que luego se me olvidaban, nunca ejercité esos conocimientos intelectuales, pero como me manejo harto en la armonía de forma instintiva, en los trabajos grandes pasé más piola, además de que pedía ayuda a mis compañeros. Por ahora no le podría enseñar a nadie de armonía más que lo más básico y los conceptos emocionales, porque algo en mí se negó a aprender intelectualmente, y en forma técnica, una cosa que yo manejaba muy bien con el instinto libre: tuve un piano de chica donde aprendí a manejar con seguridad la armonía desde el juego.

Necesitaba plasmar un trabajo de exploración instintiva primero, sin saber ni pescar reglas, eso también es Chaleco. Pero ahora sí quiero saber más intelectualmente esas cosas, porque igual son tremendas herramientas, ahorran tiempo, puedes hacer que trabajen para el instinto.

En mi caso y en los de otros compañeros, este proyecto musical en solitario mío no se empezó a formar en la escuela de música, fue muchísimo antes. De alguna manera siempre existió y se fue aclarando de a poco, pero como proyecto en sí partió difusamente en la imaginación antes de estudiar música : estudiando cine, por ahí por el año 2004, de esos tiempos imaginé un disco que se llamaría Chaleco y que yo tendría un chaleco enorme como parte del diseño de arte. Y el nombre AirelavaleriA lo inventé como en 2do medio, pero pensando en una especie de alter ego, no necesariamente un proyecto musical.

Melissa Morano


Dentro de tus compañeras de Instituto también está otro proyecto llamativo de la nueva camada “femenina”, como es Natisú (Natalia Suazo), quién además colaboró en el lanzamiento de “Chaleco” ¿qué aspectos te parecen más llamativos del trabajo que está desarrollando?


La Natisú me encanta! Tiene una identidad propia como oscura y muy femenina. Es como lunar, jaja. Tiene harta fuerza, y a la vez es como frágil, su música atrapa. También le gusta mucho experimentar con sonidos, encuentro que tiene una cualidad especial en lo “tímbrico”, en los sonidos. Bueno ella también es ingeniera o técnico en sonido, así que por ahí súper complementadas esas dos pegas. Y hace como música muy de ciudad encuentro. Es muy rico escuchar a Natisú caminado por las calles de esta ciudad, es como coherente con el paisaje. “Polillas de la Tarde” me suena a cada rato en la cabeza, es bacán caminar con esa canción,¡ lo recomiendo! Hay muchos que estamos ansiosos que salga su disco, creo que saldrá en Noviembre, me imagino .

Bueno con la Nati tuvimos un proyecto en conjunto con otras 4 mujeres (Valentina Payeras, Natacha Montory, Daniela Benito, Javiera Barreau) que se llamaba “Inmanencia”, el 2007. Hacíamos composiciones colectivas y otras que traía cada una, sólo para sexteto de voces. Era super entretenido, tenemos eso en común con la Nati, jugamos harto con las voces.

Melissa Morano


Los arreglos del disco tienen un sinnúmero de matices y pequeños detalles, campanitas, beatbox, cuerdas, bronces, etc, que incluso dan la impresión de ser una labor desarrollada por años o por un músico con una vasta experiencia, ¿cómo fue ese proceso? ¿lo trabajaste con alguien en especial o fue un proceso “solista” también?


Fue un proceso solista, aunque obviamente, por la cantidad de horas de trabajo en conjunto, también hubieron sugerencias de Sami, Iván y Rodrigo (Ricos Suaves) y del ingeniero con que grabé y trabajé la mezcla, Jorge Fortune. Por ejemplo el Jorge me sugirió que pusiera cuerdas al final de Rendición que fue el manso ni que aporte, la canción crece al final por eso. Y también me sugirió que pusiera un golpe de metalófono en una parte de Detox donde sólo había bajo. Los Ricos Suaves me sugirieron cambiar de pulso en la mitad de la canción “El Crimen Del Arriero”, ayudaron a hacer mucho más rockero el final y también inventaron el final de la “Salsa...” donde tocan todos el mismo ritmo y una batería muy diferente para el espacio en inglés de la canción, también me dijeron que “Divas” estaba medio pelado, que se le podrían agregar algunos elementos. Pero salvo “Caudal” que es un arreglo colectivo, básicamente todo el trabajo de arreglos lo hice yo porque va como de la mano con la composición en mi caso, como que los detalles son super fundamentales. Realmente no estoy ni ahí con trabajar con productor musical. Colaboraciones con cierta gente feliz, pero no alguien que te meta mano en la música, no gracias, nica. A no ser que sea Nigel Godrich del que soy muuuy fan, para aprender de él y que me diera a conocer de forma mundial, jajaja, tal vez le diría que no fuese mi productor sino mi colaborador y profesor, jajaja… cuek.

Melissa Morano


Una de las cosas más llamativas del lanzamiento de “Chaleco” fue la puesta en escena, la gran banda que pudiste formar para la ocasión, pero por lo mismo difícil de replicar, una de las opciones más factibles era continuar con “Los Ricos Suaves” quienes de alguna forma ya habían otorgado un sello distintivo a tus canciones en vivo, pero sabemos que ellos no siguen ¿ya tienes más clara la solución para interpretar tus canciones a futuro?


Bueno, estoy formando una nueva banda. Pensé en pedirles a los Ricos que tocáramos algunas veces más para darle continuidad al asunto de las tocatas, pero la verdad necesité profundamente parar un rato de airelavaleria después del disco, y ellos también tienen los tiempos súper ocupados. Me falta el puro bajista que ojalá cante y mejor aún si toca contrabajo para completar un cuarteto básico. Cada persona otorga un sello distintivo a la música, en ese sentido nunca una banda sonará igual a otra. Y cada momento es único, incluso con una canción, en cada tocata o pasada en ensayo de una misma banda suena muy diferente todas las veces. Pero los arreglos de los temas están súper estructurados, así que buscaré en primera instancia que suene lo más parecido al disco que se pueda con ese formato más invitados. Y por supuesto a partir de eso que ya está bien estructurado también ir jugando para mantener la música viva, en movimiento. Lo otro que es novedoso para mí es que voy a empezar a tocar sola, o con invitados, pero también sin banda. Eso es la media pega porque no quiero que suene pelao, pero sí que tenga otro color la música. Estoy muy entusiasmada con eso también, porque son otros arreglos, otros colores, y porque voy a poder tocar en lugares que antes no podía. Finalmente, igual intentaré reproducir lo grande que fue el lanzamiento en algún futuro, pero eso depende de la producción, de conseguir auspicios, de hacer negocios para poder pagarles a todos, sino no. La paletiá gigante a los músicos no la pido por segunda vez, no corresponde, no hay que hacerle eso al medio musical, es nuestro trabajo muy transpirado. Hay que generar un espacio primero para que negociar bien, aún me falta darle mucho más a la labor de producción y difusión para eso.

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Desde la visión de público se ve que una forma de que los solistas se mantengan vigentes en la escena es ir creando lazos con tus contemporáneos, y que no necesariamente tienen que ser con quienes hayas trabajado previamente (Javier Barría, Camila Moreno) ¿con quienes te gustaría compartir escenario, fechas, etc?


Que entretenida la pregunta. ¡Me gustan tantos! ¿Chilenos cierto? aunque puede ser muy distinto el megamix con algunos ¡igual me encantaría! Como proyectos solistas María Colores, Manuel García, Dadalú, Sebasecas, la Natisú, Juga Di Prima, , Fakuta and The Laura Palmers, Pascuala Ilabaca, Pedropiedra, Florcita Motuda, Nano Stern, Anita Tijoux, Gepe, María Perlita, Mauricio Redolés, Natalia Molina, Latin Bitman y tantos otros que no me acuerdo y tantos que aún no conozco…en bandas me encantaría compartir con Como Asesinar A Felipes, Denver, La Mole Star, Pájaro, La Conmoción, Los Tres, Quintessence, Jazzimodo, La Cuadrilla, La Mano Ajena y tantos más, tantos mas que no me acuerdo ahora… con algunos sería muy coherente y fluído de por sí por cierta onda similar, y con otros sería una combinación de músicas muuy distintas, lo que también puede generar algo muy entretenido si se maneja bien, sobretodo en esos casos lo ideal sería realmente compartir con ellos, invitarse, tocar en conjunto. Un grupo que me encantaba era CHC. Y feliz hubiese tocado con Los Prisioneros si fuesen de ahora… Igual tengo que ponerme a escuchar mucho ahora, hay mucho que conocer, de regiones un montón, grupos y solistas que no están visibles pero tienen mucho que aportar.


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En tus publicaciones por las redes sociales se observa claramente tu postura frente a los distintos temas contingentes, lo que también se observa en “Memoriado” y otros tracks del disco, pero como decía por ahí Manuel García del hecho de que las canciones hablen de ciertos temas contingentes, no necesariamente tienen que ser de forma explícita ya que los procesos pasan y las composiciones corren el riesgo de envejecer con los acontecimientos ¿cómo ves ese tema en tu forma de trabajar los textos?


La verdad no la pienso tanto, no en el sentido de permanencia. Porque “La Voz de los 80” es explícitamente de una época, pero el sentimiento es transferible, muuy transferible a 2011 en Chile. Si le hubiesen puesto “La voz de la juventud” por ejemplo ( título harto fome, pero algo así) probablemente la pondrían más en la radio ahora, con todo lo que está sucediendo, porque es totalmente aplicable, pero que se halla llamado así, de forma tan explícita hace que haya sido generacionalmente muchísimo más fuerte en los 80, y que reconozcamos la voz de una época. Y quiéraslo o no, la música es cultura, es contexto, siempre va a ser voz de una época, eso también es muy bonito, es importante. La historia para mí es algo muy vivo, lo importante es que la música esté viva también, sea explícita del contexto o no. Las músicas medio muertas, medio falsas (o enteras) esas son las que quedan fuera de la actualidad, quedan en lo anecdótico no más. Lo honesto siempre te puede volver a conmover y se amplía a distintos contextos.


Escucha las partes 1 y 2 de "Chaleco"

Adquiere el disco en videotienda, la tienda nacional o musicachilena.cl

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